Retos principales:
- Muchos médicos aún no tienen suficiente formación para usar y entender estas pruebas.
- Faltan equipos especializados que unan diferentes expertos para analizar resultados y decidir tratamientos.
- Hay que garantizar que todas las comunidades ofrezcan el mismo acceso y calidad.
Para ello, se está trabajando para formar mejor a los profesionales sanitarios; y se busca crear equipos multidisciplinares donde trabajen juntos médicos, genetistas y farmacólogos. La implementación será gradual para asegurar que todo funcione bien. Esto es importante porque si estas pruebas se usan bien, pueden salvar vidas, evitar tratamientos que no funcionan o son dañinos, y mejorar la calidad de vida de muchas personas.
Conclusión: Las pruebas genéticas ya son una herramienta real en la sanidad pública española para ofrecer una medicina más personalizada, segura y eficaz. Es un avance que beneficia a toda la población, pero requiere formación, coordinación y un acceso justo en todo el país.
